¿Te das cuenta de las dos energías, ira y miedo, que rigen estos tiempos?

Por el momento, dos energías se pueden sentir con intensidad en el campo colectivo humano, que parecen muy diferentes, pero son unidas en la profundidad.

Una energía es el miedo. Es el miedo a la enfermedad, al contagio, al castigo, el miedo a hacer algo mal, el miedo a la exclusión y en profundidad, el miedo a morir o perder a un ser querido.

La otra energía es una energía de ira. Ira por regulaciones y restricciones de libertad no siempre comprensibles. Esta ira va de la mano con la impotencia. Y aquí también, el sentimiento profundo subyacente es casi siempre el miedo. Es el miedo a perder la libertad, el miedo a no tener más el bienestar en las propias manos, el miedo por la propia existencia económica, el miedo a ser controlado por otros.

Y estas dos energías chocan a veces con toda su fuerza. Esto sucede porque solemos buscar la seguridad fuera de nosotros. Hacemos acusaciones, buscamos culpables sobre quienes proyectamos los propios sentimientos. Es un juego donde hay víctimas y perpetradores, un juego que está controlado por el ego humano.

¿Te has dado cuenta de que nunca puedes encontrar seguridad en el exterior? Todo lo que está afuera es efímero, eso se vuelve muy claro en tiempos de convulsión como ahora.

Y el deseo de seguridad tiene su origen en la necesidad de evitar el miedo. «Porque si todo está a salvo, entonces no hay nada que temer», nos susurra nuestro ego y comienza la lucha contra todo lo que pueda amenazar esta falsa seguridad.

Te invito a quedarte contigo mismo y date cuenta de que lo que sientes es siempre TU sentimiento.

Puede ser provocado por lo que está sucediendo en el exterior, pero ese es solo el impulsor. Es tu sentimiento, es tu creación. Quizás ya llevas mucho tiempo cargado con él, y lo has generado y alimentado a través de pensamientos o creencias. Agradece que TU emoción, tu miedo, tu impotencia, tu ira ahora estén saliendo a la superficie para sentirlas. Te invito a reconocer tus emociones, a asumir la responsabilidad de tu vida interior.

Esto te puede brindar una gran oportunidad de curar heridas profundas. Y no solo te curas a ti mismo. También estás contribuyendo a la curación colectiva.

Porque todo está conectado con todo. Depende de ti crear la paz en ti mismo y así contribuir a la paz en el mundo.

Y si sientes y transformas tus sentimientos y miedos de esta forma, perderás el miedo al miedo, y la búsqueda de seguridad exterior pierde su sentido. Encontrarás la seguridad en ti mismo y en el ahora y reconocerás que la vida misma es siempre a tu favor y nunca en tu contra.

Querer tener razón, acusarse y oponerse son energías que alimentan la disarmonía. Y no importa qué bien intencionado sea el motivo detrás de esto.

Aumentarás aquella energía en el mundo la que irradias, y así darás al campo colectivo.

Eso no significa que tengas que estar de acuerdo con todo. Defiéndete y defiende tu verdad. Se abierto, auténtico y valiente. Pero permite que otros compartan su propia opinión y verdad. Y date cuenta de que en el momento en que quieres tener razón, tu ego ha tomado las riendas. No se trata de quién tiene razón. Se trata de darnos cuenta de que es nuestra elección cómo reaccionamos a lo que está sucediendo en el exterior. Que nos responsabilicemos de nuestra reacción y también de las energías que irradiamos.

Te invito a abrir tu corazón y dejar que la luz de tu conciencia brille viviendo tu verdad con claridad y amor y aceptando a los demás con su manera de ser con empatía.

¿Qué tal si en vez de enfocar lo que te distingue de aquellos que piensan diferente te concentras en lo que os conecta? Y eso es mucho más y mucho más profundo que las diferencias superficiales de opiniones. Es el deseo de comprensión, el anhelo de amor incondicional y un sentimiento de realización y plenitud en todos los niveles que subyace en todos nosotros.

Y especialmente en tiempos de cambio e incertidumbre en el exterior, la unión es muy importante y sanadora. Cuando más y más personas reflexionan sobre lo que realmente está pasando, más rápido puede ocurrir un cambio, incluso una curación colectiva. Porque el cambio siempre ocurre de adentro hacia afuera.

Y la luz no tiene que luchar contra la oscuridad.

Donde hay luz, la oscuridad desaparece por sí sola.

– Deja que tu luz brille –




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