
Establecer unos desencadenantes conscientemente puede ayudar enormemente a adquirir nuevos comportamientos.
Uno de mis disparadores favoritos es el siguiente impulso de entrada:
¡Se responsable de la energía que traes a un lugar! Cada vez que entro por una puerta, soy responsable de la energía que traigo a ese espacio.
Esto ayuda a recordar la intención que quiero tener para mi energía y también para mis palabras y mis acciones, para toda mi actitud y mis objetivos.
Un ejemplo: si la jornada laboral fue agotadora o frustrante, es un salvavidas no llevar esta energía y ese estado de ánimo a casa. En cambio, me recuerdo a mí misma cómo quiero ser como pareja, como madre o amiga. Y entonces entro a la casa.
Los desencadenantes también pueden ayudar a tomar acciones concretas:
¿Quieres comer más sano? Cada vez que entres a una tienda de comestibles, recuerda comprar al menos UN alimento saludable.
Después de la cena, todos los miembros de la familia mencionan algo que era hermoso hoy.
Cada vez, que mis nalgas tocan un asiento, me concentro completamente en lo que quiero hacer aquí ahora.
Cada vez que tengo que esperar, percibo mi nivel de energía / respiro profundo y conscientemente, o pienso a quién podría complacer con qué hoy, o le sonrío a alguien, o recuerdo cuál es mi objetivo hoy.
Es mejor combinar los nuevos y buenos hábitos con otra acción, porque así no se olvidan tan fácilmente en el día a día.
Esto conduce a una vida que se lleva deliberadamente en lugar de dejarla al azar y la oportunidad que tal vez nunca llegue.
Por cierto: ¿No quieres volver a olvidar tu llave en casa?
Párate junto a la puerta de entrada desde el interior, ábrela de par en par con un movimiento teatral, toma tu llave, tírala al suelo, recógela de nuevo a cámara lenta y ponla en su lugar.
Cuanto más exagerado, sí, más ridículo el “teatro”, mejor el efecto. No volverás a olvidar la llave jamás.
Te deseo un día que sea deliberadamente hermoso y significativo.
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