
Hace poco alguien me contó una anécdota, que quiero compartir hoy contigo:
En un seminario para parejas el monitor solicitó asistencia a una mujer y la preguntó: “¿Tu marido te hace feliz? Realmente te hace feliz?”
Nadie esperaba la respuesta de esta mujer, mucho menos su marido!
En ese momento, el marido levantó la cabeza, totalmente seguro de sí mismo. Él sabía que su esposa respondería afirmativamente porque nunca se había quejado durante su matrimonio.
Sin embargo, su esposa respondió con un `no′ bien categórico!
“No, mi marido no me hace feliz!»
Su marido estaba completamente desconcertado, pero ella continuó:
“¡Mi marido nunca me hizo feliz y no me hace feliz! Soy feliz.
Ser feliz no depende de él, sino de mí.
Mi felicidad depende de una persona: YO!»
Yo decido que soy feliz en cada situación y en cada momento de mi vida, porque si mi felicidad dependiera de alguien, algo o circunstancia en la faz de la tierra, tendría graves problemas.
Todo lo que existe en esta vida cambia constantemente: el ser humano, la riqueza, mi cuerpo, el clima, mi voluntad, los placeres, los amigos, mi salud física y mental.
Finalmente, la lista es interminable.
Puedo decidir ser feliz independientemente de todo lo demás.
Ya sea que mi casa esté vacía o llena, estoy feliz! – Saliendo acompañada o sola, estoy feliz! Gano un buen salario o no, estoy feliz!
Hoy estoy casada pero ya estaba feliz soltera. Estoy feliz por mí misma.
Llamo “experiencias” a otras cosas, personas, momentos, situaciones.
Pueden o no traerme momentos de alegría o tristeza.
Cuando pierdo a una persona que amo, soy una persona feliz que vive un momento inevitable de tristeza.
Aprendo gracias a las experiencias pasajeras y vivo aquellas que son eternas como amar, perdonar, entender, ayudar, aceptar, consolar.
Algunas personas afirman:
Hoy no puedo estar feliz o content@ porque:
– estoy enferm@,
– no tengo dinero,
– hace mucho calor
– hace mucho frío,
– alguien me insultó
– una persona ya no me quiere,
– no pude destacar,
– mi marido no es tal como esperaba
– mis amigos no me responden
– mi trabajo no es interesante, etcétera.
Amo la vida que llevo, pero no porque mi vida sea más fácil que la de los demás.
Eso es, porque decidí ser feliz y soy responsable de mi felicidad.
Cuando le quito la obligación de hacerme feliz a mi marido y a cualquier otra persona, las libero del peso de cargarme sobre sus hombros.
Su vida es mucho más ligera. Y así logré tener un matrimonio feliz a lo largo de estos años, o unas amistades agradables. ¡Soy la única responsable de mi felicidad!” dijo la mujer sonriendo, dejando a su esposo aliviado.
Por lo tanto, no dejes en manos de otra persona una responsabilidad tan grande como asumir y cuidar tu felicidad. Busca cómo mantenerte feliz y content@, incluso cuando hace calor, incluso cuando estás enferm@, incluso cuando no tienes dinero, incluso cuando una persona te lastimó o te enfadó, incluso cuando no te amamos o te respetamos. No dice nada sobre tu verdadero valor. Tú te mereces ser feliz, pues, permítetelo.
¿Puedes sentir la verdad en lo dicho? ¿Puedes aceptar la responsabilidad tuya por tu estado anímico y emocional?
Estamos muy acostumbrad@s a culpar a las circunstancias o a los demás de nuestros problemas. Casi todos nuestros conflictos tienen esta equivocación como base. Para ser feliz no necesitamos a los demás. No necesitamos circunstancias ideales. Ser feliz es una decisión. Nos cuesta tomarla, si tenemos aún muchas cargas emocionales que nos condicionan y nos mantienen en el estado de víctima. La víctima que hemos sido cuando éramos niños pequeños.
Si crecemos y actuamos como verdaderos adultos, entonces es fácil decidir ser feliz.
Y otro aspecto: Es más fácil ser feliz si nos hemos independizado de la aprobación de los demás. ¿Aún te importa lo que piensan los demás de ti? ¿Necesitas el reconocimiento para sentir tu valor? Ten claro, que nunca vas a complacer a todo el mundo. Y si te importa complacer a alguna persona en concreto, lo pagas con tu felicidad. Porque no eres libre de hacer lo que realmente quieres tú. Si necesitas complacer, te condicionas enormemente. ¿Puedes sentirlo?¿Lo comprendes? Tú no eres responsable de la felicidad de los demás, pero sí que eres responsable tu propia felicidad.
¿Te das permiso para ser feliz? ¿Te lo mereces? Si te cuesta ponerte en el centro de tu vida, merecedor@ de lo mejor, entonces aún vives con una baja autoestima y en la escasez.
Eso son los dos puntos clave: NO depender de los demás para ser feliz. Y merecerse abundancia y felicidad. Permitírselas!
En mis coachings y cursos entrenamos la capacidad de ponerse en el centro de la propia vida, de cuidarse realmente y tratarse con cariño. Aumentamos el autoconocimiento, destapando las creencias limitadoras, reconociendo cargas emocionales de la infancia.Y liberamos todos estos inhibidores de felicidad con amor y creamos una visión clara y fuerte de tu vida feliz para que la puedas manifestarla. Si quieres saber más, pide una cita informativa gratuita, p.f.
Me encantaría apoyarte. De todo corazón 🧡 Martina